El problema de ser viejo: cómo la sociedad moderna pasa por alto el valor de la sabiduría

El problema de ser viejo: cómo la sociedad moderna pasa por alto el valor de la sabiduría

El envejecimiento es una parte natural de la vida, pero en el mundo de ritmo rápido de hoy, envejecer a menudo se siente como volverse invisible. Mientras que las personas viven más que nunca, el respeto y el cuidado de los ancianos están disminuyendo rápidamente. Esta negligencia ha creado una crisis silenciosa marcada por la soledad, las luchas financieras y el sesgo sistémico. Con familias más pequeñas dispersas por ciudades y oportunidades limitadas para una interacción significativa, muchos adultos mayores se encuentran aislados. Las casas de jubilación, destinadas a ofrecer apoyo, a veces profundizar esta división segregando a los ancianos de la comunidad en general. Como dice Maria, de 78 años, "mis hijos me llaman una vez al mes. El resto del tiempo, mi única conversación es con el cajero de la farmacia. Los costos de atención médica, especialmente para enfermedades crónicas como la artritis o la demencia, continúan aumentando, esforzando aún más los ingresos fijos. Los problemas de vivienda afectaron a los adultos mayores más duro, con muchos desalojos enfrentados o tener que abandonar sus hogares simplemente porque las escaleras se vuelven imposibles de escalar. Este cambio deja a muchas personas mayores, vulnerables a las estafas y el fraude que les costó miles de millones cada año. La automatización y la inteligencia artificial también amenazan los pocos trabajos que los adultos mayores tenían tradicionalmente, como los cajeros reemplazados por máquinas de auto-checkout, eliminando las oportunidades de trabajo significativo y la interacción social. Los síntomas a menudo se descartan como "solo envejecimiento", y muchos ensayos clínicos excluyen a los participantes mayores, lo que significa que los tratamientos no se adaptan a sus necesidades. Los problemas de salud mental como la depresión se pasan por alto o se diagnostican mal como demencia, dejando a muchos sin la atención adecuada. Los lugares de trabajo empujan a los empleados mayores a pesar de su invaluable experiencia, y las voces más antiguas rara vez se incluyen en la formulación de políticas, icalmente, a pesar de que votan en números más altos que las generaciones más jóvenes. Las casas multigeneracionales de Japón alientan a las familias a vivir juntas. Los Países Bajos combinan estudiantes y personas mayores en comunidades de jubilación para combatir la soledad. Las aldeas de Alzheimer de Francia crean espacios seguros y dignos donde los pacientes con demencia pueden vivir libremente. \ R \ n \ r \ nthe Bottom Line \ r \ nwe ha logrado agregar años a la vida, pero no la vida a los años. Hasta que la sociedad aprenda a apreciar y apoyar a sus mayores, no solo mantenerlos vivos, todos estamos envejeciendo en un sistema roto. Como dice un dicho sabio: "Una sociedad que descarta a sus mayores corta sus propias raíces".

Compartir